El Diagnostico

Soy madre de dos niños: Victoria de 4 años 2 meses y Santiago de 3 años 3 meses. Mi embarazo fue controlado, tomando vitaminas, con tranquilidad, visita frecuente con obstetra. Santi desde que era bebe era muy dulce sonreía mucho. Empezamos a notar que Santi(como le decimos de cariño) con sus dos años cumplidos no le gustaba jugar con su hermanita, ni con los primitos, y no balbuceaba palabritas, le decíamos: di mamá, di papá, y nada, no le gustaba que nadie que no fuera su papi o yo se le acercara. Pero pues como hay niños que tardan en hablar, pues justificabamos un poco la parte del habla. Poco a poco su estado de humor fue cambiando, cuando se enojaba por algo se empezaba a golpear la cabeza, todo era depende de su estado de animo, en algunas ocasiones para darse un baño era un problema, porque si en ese momento el no estaba de humor para bañarse, para pasear. Dos meses antes de cumplir sus 3 añitos una noche estábamos en el cuarto viendo television y de pronto fue como si le prendieron un botón y mi néne, dijo Papá mamá, tan clarito como si fuera un niño de 8 años, y nosotros(mi esposo y yo) hasta lloramos de la alegría, era sinónimo de que de allí en adelante las palabras fluirían, pero apesar de los incentivos, Santi nunca mas volvió a pronunciar palabra ni siquiera los pocos balbuceos que hacia : umm má, ummm má. Fue como si ese botón de encendido y apagado ya no funcionara.
Recién cumplió los 3 añitos nos decidimos llevarlo al neurologo infantil, quien después de muchas preguntas y observarlo largo rato, nos dio el diagnostico: AUTISMO.
Apesar de que ya lo despechábamos, pues en lo más profundo de nuestro corazón, claro que queríamos que se quedara en sospechas mal infundadas.
Nos explico que esas rabietas y cambios repentinos de humor, no es por malcriades como pensábamos, sino propias de un niño con autismo.